LAS PAILAS
Descripción
Hola Duendes viajeros. Hoy les quiero dar un recorrido por uno de los municipios más hermosos de nuestro departamento. Sí, les estoy hablando de #Sardinata, la cuna de paisajes fascinantes y recorridos ecológicos que todo viajero debería experimentar. Acompáñeme a visitar las “pailitas” y conocer un lugar que emana azufre desde el centro de la tierra.
Salimos de la ciudad de Cúcuta y recorrimos por dos horas la carretera. Nuestro objetivo era claro, visitar este municipio olvidado por los viajeros. Durante el recorrido disfruté mucho de los paisajes y una carretera que por su excelente estado, hizo muy acogedor el trayecto.
Al llegar, vimos el parque principal del casco urbano. Una construcción que realza la belleza y se combina perfectamente con lo colonial de su iglesia. Ahí saqué un par de fotos e hice unos videos para un contenido que les compartiré la otra semana. Una vez terminé, me dispuse a tomar la ruta y conocer las pailitas, una obra de la naturaleza que pondría a alucinar a cualquier visitante.
Del casco urbano a las pailas son 20 minutos. Al llegar comenzamos a subir por las piedras, son 3 kilómetros en forma ascendente de aproximadamente 12 a 14 pailas naturales (Una hermosura). Duendes, este recorrido exige Buen estado físico y no temer a las alturas (Ahí ya estaba jodido), son dos cosas que no manejo bien, más lo de las alturas. Pero el salto en Bungee en Santander, me había dado confianza, así que lo recordé e inicie el recorrido. Disfruté todo el tiempo, hicimos muchísimas tomas y nos conectamos de nuevo con la naturaleza. ¡Qué lugar tan hermoso!
Una vez terminada la travesía, nos alistamos para ir a nuestro segundo destino, sí. Ese del que te hablan en las películas de terror. El guía nos dijo ´¿Quiere conocer el azufre que sale del centro de la tierra? Y pues como todo buen viajero, no me pude resistir.
Y como si fuera a vivir algún capítulo del libro “viaje al centro de la tierra” de Julio Verne, Salí en busca del Poso del Agua Azufrada, y lo encontré. En medio del bosque y pasando un pequeño río, se encontraba ese poso que emanaba azufre. En un segundo estaba pasando el rio con agua helada y justo al lado, ya podía sentir el olor penetrante del azufre y las altas temperaturas que calentaban todo a su alrededor al punto de brotar burbujas desde las profundas rocas. Una maravilla natural que en ese momento dejó de ser utópica.
Disfrutamos mucho el recorrido. Pero ojo, no todo fue color de rosa, hubo un hecho que me entristeció y me puso a reflexionar. Si quieres saber cuál fue, espera mi video la próxima semana. Sígueme, comparte y comenta esta publicación. YO SOY EL DUENDE VIAJERO.
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